¨Me reflejo en otras pupilas. Me someto a las igualdades subjetivas de las miradas diferentes...¨

Sortilegios cotidianos

domingo, 27 de mayo de 2007

Juana


a mi ahijada...

Juana mira al cielo y un resabio de estalactita se filtra en el iris de sus ojos.
Sabe que el tiempo avanza pero no se apresura.
Sonríe una boca expresiva que grita los silencios de todas las palabras que nunca dijo.
Como no conoce el miedo, prefiere sortear su suerte viajando de brazo en brazo.
Genera especulaciones de fragilidad, pero no las escucha, porque se presume fuerte y así vive.
Nunca llora.
Su temperamento se construye a base de lágrimas que no fueron.
Deja caer su cabeza de lado a lado... es que prefiere sumergirse en el medio giro de felicidad de una canción, a no tener a su compañera de rosas cerca.
Intenta olvidar que alguna vez acaso discutan por algo.
No importa si llueve, o si el sol transparenta su piel suave de frutillas.
O si pierde la visión cuando la risa le deja un espacio de luz casi insignificante para espiar.
Estira las manos limpias de princesa de hilos de seda y se sube a la luna de las cosas esenciales.
Y vestida de azúcar, se pierde en mis pupilas dibujándome un lazo indestructible.
Y sin quererlo, va conquistando a su paso todo lo que toca.
Y brilla...
Brilla.

jueves, 24 de mayo de 2007

Pasajes


Cuanto tiempo atrás le habian hablado de su existencia... Pero lo cierto es así, lo que no se conoce se olvida en la memoria porque nunca fue. Ella había estado en ese lugar, desde el primer instante en que lo vió. Como si por alguna razón indescifrable su presencia denotara la remota posibilidad de otra vida pasada. Hubo risas, recorridos inusuales, especias compartidas, complicidad, manos para sostener, algún resabio de principe azul sin castillo, una fuente circular, arte derrochado, miradas pendientes y sabor a lugar adecuado y momento justo.
Asustaba la perfección de los sucesos, la falta de crítica, la imperfección con la que el fracaso intentaba en vano detener lo que avanza sin pausa y triunfa a pesar de la derrota.
Al principio no supo su nombre, quizás por la falta de importancia para ambos. Porque el punto de encuentro se inclinaba más hacia una pupila astillada irradiando luz que a una adjuntada característica social inválida para ser y amar. Finalmente, cuando los latidos acrecentaron pulso y respiración (lo suficiente como para perder la cordura) ella desterró con amnesia todo lo que antes sucedió... y se conocieron. El intentó deshacerse de las monedas, pero sus manos ocupadas y el aeropuerto atemporal y detenido requerian del destino.

Y la buscó.
La multitud se desplazaba borrosa. La voz altoparlante de arribos y partidas en mute. El perfume de narcisos flotaba en el aire enmarcando los gestos lentificados.
Ella sostuvo los pasajes de la coincidencia y el futuro vuelo a punto de perder, juntos.
Con avaricia y egoísmo de datos espontáneos se abrió paso a la verdad.
- Sos vos?- expreso vestida de blanco.
Y ahí lo supo, aunque poco descubriera el título develado por el conjuro. Aunque lo válido fuera el acertado reflejo del espejo frente a ella, sublime, encastrando todas las piezas.
Lo supo. Diez años después.

lunes, 21 de mayo de 2007

Orquídea


Las raíces flotantes buscan velozmente la tierra inaccesible.
El tiempo acorta las distancias, pero el agua cristalina no alcanza para revelar el misterio puro de la existencia.
Y crece, aunque la blancura no aflore.
Torcido, el tallo espera.
Resumen los nudos historias de orquídeas que fueron.
Ansía cada día el sol, aunque en vano y sin evidencias.
Sin embargo, se presiente.
Se sueñan pétalos de sal.
Se respiran vientos de cambio.

domingo, 20 de mayo de 2007

Delirios


Muerde con su antifaz el tibio veneno de la confusión.
Asimila delirante las palabras de la derrota.
No discrimina realidad de ilusión.
Y piensa sin fronteras.
Nada existe.
Todo es.
Nada se transforma.
Y gira.

jueves, 17 de mayo de 2007

Ayer



Pasaron siete primaveras.
El aire aun permanece enrarecido.
Distribuyo mi memoria en el tiempo y no te encuentro.
La elección equivocada ya no frecuenta mi almohada.
No recuerdo tu voz.
Ni el sabor del desengaño.
Se vive mejor, así... en el país del no me acuerdo.

Sacrilegio urbano



Siempre está ahí.
Lo veo cada día y la culpa penetra en mis huesos oscureciendo el tinte de mi marfil.
Una multitud ciega y absorta en problemas inventados lo rodea, pero no logra nublarlo de mi vista.
Brilla, por su ausencia.
Sueña con un plato de caricias tibias.
Me envenena el pensamiento inhibiendo la naturalidad de las cosas.
Me mira. Me crucifica. Me desgarra.
Siempre es igual, paso a su lado, me atraviesa con toda la verdad de sus ojos y sin tapujos me arranca lo poco que me queda de mi corazón despedazado.

Conjuros







Me reflejo en otras pupilas.
Me someto a las igualdades subjetivas de las miradas diferentes.
Me astillo la cornea de otros sueños y sello historias con lacre en el iris de mi alma.
Encuentro el sentido, de mis conjuros a la tinta.
Me tiño de vida.
Y con alas blancas.
Vuelo.

Me leen...