¨Me reflejo en otras pupilas. Me someto a las igualdades subjetivas de las miradas diferentes...¨

Sortilegios cotidianos

viernes, 28 de noviembre de 2008

Poesía de la tristeza

Un día encontré una tristeza. Avanzaba río abajo entre las piedras grises del abismo sur.
Me dijo que era en vano caminar en direcciones opuestas. Que me callara, que mis palabras sabian a menta y mis ojos a fuego.
Me tendió una mano falsa y un puñado de verdad a secas.
Me escupió los sueños y me hecho en cara el haberle dado vida.
Me reclamó los días de vuelo y el amor invertido y me contó que su destino no sabe otra cosa más que eso...
Me abandono de esa extraña forma en la que las tristezas saben decir adiós.
Nunca supe cuando ni como se fue, ni siquiera si se ha ido, porque de a ratos me inunda las alas y me vence la boca.
Y por momentos me abandona en su tortura oculta para dejarme caer una y otra vez.
Un día me encontré una tristeza, tenía nombre azul y ojos almendrados y voz gruesa y la poesía entre las manos de hombre de palabra noble. Y dío luz a mi vida.
Tal vez haya ido río abajo. No puedo saberlo, no me lo dijo, se fue así como las tristezas, sin decir adiós.
Ahora mi luna, llora cada noche por no verla sonreír.

martes, 25 de noviembre de 2008

Te diré...

                             A esos locos bajitos...


Es esa sensación de liviandad con la almohada. 
Es saber que a pesar de la sal y la despedida, uno pudo darlo todo.
 Es verlos crecer y crecernos juntos.
 Es el cansancio extremo, invertido en esa rara combinación de protección y libertad. 
Es sembrar. Regar. Cosechar. Emocionarse.
 Es una manito que se extiende para seguir recorriendo el camino. 
Un beso de dulce de pan fresco. 
Un abrazo dado a tiempo y muchas dudas que se esfuman con la respuesta hecha sonrisas en  el vínculo que late fuerte y maduro.

 Es cada palabra nueva pronunciada y cada cambio de actitud convertido en un ¨darse cuenta¨.
Es comenzar a sentir que una lágrima inunda el ojo y observarse rodeada por ellos al percibirlo. Es no estar sola. Es ser importante. Es quererlos y dejarse querer.
Es todo esto y mucho más... 


Son las recompensas que envuelven la niñez y el trabajo de maestra.
Es saber que algo se modificó, que una puerta se abrió, que algo está brotando y que hay cielo para todos por igual. 
Son esos ojos fijos que me miran, y  conocen  y reconocen y entienden el esfuerzo y el amor,  y traen  bajo sus brazos, el agradecimiento más esperado y el fruto más digno.
Es verlos brillar en su esencia. Saber que se irán, y pensar, y sentir, que a pesar de todo y sin embargo, valió la pena.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Brote

Un corazón apretado contra otro corazón apretado
Una mirada de vidrio
Cuatro manos de papel 

Un sin fin de expresiones contenidas
Una garganta para tragar el llanto
Una, dos, tres, cien mentiras piadosas

Un hombre acertado que se equivoca
Una libreta con letritas que no entiendo
Una impotencia de verme ir

Una hoja que resuma el tiempo
Un espacio en blanco
Un taxi que pasa

Una maqueta con la escena desde arriba
Un cielo raso de angustia
La angustia dentro del cielo

Un sindróme de Estocolmo
Un brote verde en una semilla quebrada

Mil diagnósticos injustos
Diecinueve meses de latidos infartantes
Un colorín-colorado sin desenlace ni había una vez

Y la paz que no llega
Y la tortura en los ojos huecos


Y entonces tu voz...


Y las cosquillas en el alma rota
Y el camino juntos
y las rodillas lastimadas de tanto caer
y los sueños cumplidos
y ahora sí, el cuerpo abierto a la mitad

entregado

Y el peso del mundo a mis pies

y los deseos suicidados, multiplicados, oxidados- ambulantes


asesinos


una vez más
en el nombre de

martes, 18 de noviembre de 2008

No me olvides



No me olvides - dijo ella.
- Muchas veces no me olvides - repitió él con ojos brillantes.
Lloraron los labios tristeza púrpura.Brotó su mirada, hojas de menta.
Un lazo perfumado mantuvo la distancia y la devino fortaleza.
Dolió el silencio. Duele todavía. Late la eternidad profunda del suspiro.
El vínculo elástico se hizo irrompible a pesar de la lluvia sin sentido.
Y en el fondo del jardín, la pequeñez de la especie emociona en su milagro
y marca una diferencia en la poesía natural de las cosas.
Tal vez sí, esa flor sabe a eterno. A vos. A mí. A savia dulce.
Así, el conjuro de los que olvidan, para recordar.
Recordarse, para seguir abriendo puertas.
Para crecernos, más allá de la ausencia.
Para quererte, más allá del amor.
Para escribirse la piel.
Las manos. Los sueños.
O la tempestad.
No me olvides,
siempre.

martes, 11 de noviembre de 2008

Noche sin luna

La mujer toma la carpeta por el lomo, la hojea al tiempo en que revuelve el café sin crema y con dos de azúcar. Se acomoda los anteojos, pero se distrae con el sonido del teléfono y el diálogo del escritorio continuo y su colega y su voz alta. Retoma la lectura y ve una imagen nocturna. Una luna en cuarto menguante resalta naranja en el medio de la hoja blanca. Le suceden un sin fin de letras esparcidas sobre el papel con un amor que ella es incapaz de percibir.
El arte se concibe de formas simultáneas y allí radica su libertad de observación, su juicio de elección y entonces se abre la puerta. Una persona realiza una consulta en el espacio equivocado. La mujer lo dirige a otra oficina, y observa que en su cartera el celular suena bajo. Lo rescata de la oscuridad y desliza la carpeta blanca sobre el escritorio atiborrado de legajos y folios.
Dos migas de bizcochitos de grasa caen sobre la portada de presentación.
Los esparce con la mano izquierda.
Corta.
El reloj marca las trece horas y es tiempo de un almuerzo.
Cerca de las cuatro de la tarde, retoma la lectura del proyecto. Le sugiere a su compañera de sección, que emita un juicio, idea u opinión.
Comparan. Ajustan cuentas y finalmente deciden que no.
Lo comunican a la brevedad, y guardan la ilusión en una caja de cartón color madera desde donde será rescatada por su autor.
El artista lo sabe.
Una esperanza se rompe, y una nueva ilusión intenta reconstruirse entre tantas preguntas sin respuesta.
El artista siente la soledad del desinterés. Toma los trozos del sueño. Imagina una nueva búsqueda, una lucha eterna por no perecer inherte a las cosas esenciales, abraza cada letra en la distancia que lo separa de su obra y decide volver a empezar.

domingo, 9 de noviembre de 2008

La marea

Me marea la mermelada de tus ojos
pero es la miel ambigua de tu boca
la que decapita mi alma con tu ausencia

En que mares mentirosos
masticaremos caramelos menta
o mermaremos con las manos
la mudez de la piel emancipada
mientras miedos mitómanos
menosprecien la pasión con su miopia
o mutilen nuestros sueños montañosos

será como mimetizarse de matices momentáneos
mezcla de abrazos muertos o miradas memorables
de ganas metafóricas de ser uno los dos
musitando menesteres musicales
muestras sagradas de amor inmaterial


Miráme


Cuanto falta para morir en el intento y hacer la metamorfosis...?

lunes, 3 de noviembre de 2008

Desmembramiento de las partes de

...


Injusta la sal, injusta la cordura
injusto el comportamiento anticatártico del respeto

Injusta la palabra, cuando miente y se desangra
Injusto el verbo, que te nombra y te contiene

Injusta la verba con lenguajes oxidados
injusto el amor, que no huele transparente

Injusto el mar absurdo, que separa aguas gemelas
injusta la acción, que no evalua corazónes lastimados

Injusta la fortaleza, que crece con la tristeza de otros
injusta la historia, que se nutre de tiempos sin calidad ni riesgos

Injusto el perdón, cuando es falso en su gracia
injusto el corazón roto, por no burlar las esencia del bien humano

Injusta la libertad que no se anima a romper todas las cadenas
injustos los ojos, cuando dicen otra cosa

Injusto el silencio cuando abusa de la espera
las nubes, cuando explotan deseos torrenciales
la vida, cuando alberga un huracán...



...

Me leen...