¨Me reflejo en otras pupilas. Me someto a las igualdades subjetivas de las miradas diferentes...¨

Sortilegios cotidianos

lunes, 28 de enero de 2008

Ojos verde pluma ( uno de bajitos...)

¨No cualquiera dibuja una lechuza, menos aun, si esta tiene los ojos verde pluma.
Sí..! la lechuza de este cuento que te cuento los tenía!
Si alguna vez miraste fijo a los ojos a una lechuza podrás comprender de lo que te hablo.
Los ojos verde pluma, no son verde pasto, ni verde agua.
Ni verde tinta,ni verde cielo.
Ni verde sueños, ni verde amor.
Son verde pluma y solo eso. Nada más.¨
(continuará...)

sábado, 26 de enero de 2008

El calendario

Y ahora Matías que arranca la hoja del calendario. No es jueves la fecha indicada. Pero al arrancar esa hoja se detiene a observar que el número de la siguiente expresa diecisiete y entonces se pierde en la biosfera del tiempo. Los pies inertes no sabrán dar ni un solo paso más.
Las arenas movedizas del destiempo gris de sus ojos tiesos, lo socavan con su ausencia.
Ahora tiene las manos ajadas desbordantes de respuestas y ninguna falta.

Silencios


Y es que tenemos tantas cosas para decirnos
que sobran las palabras...

Primer parrafo

En un punto inicial, todos los principios.
El principio de principiantes y el de príncipe.
Allá en el otro extremo, los fines, los finales felices.
Los punto y aparte. Los punto y coma. Y vos te escondes y yo se embroma. Los dos puntos: Los de esta agua no he de beber. Los puntos que me incitan a sentirte suspensivo. El suspenso de tu boca en mi memoria.
Los The End hasta nuevo aviso y los no me acuerdo pero aca estamos.
Los tiempos que corren, y las corridas sin tiempo cuando es necesario verte, como en este preciso instante que a donde andarás.
En el medio: medios, agua, tierra, ramas, aciertos, ojos, manos, libros, delicia, sueños, besos, tinta, paz, suficiente.
Y una promesa sin dueño.
Y palabras sueltas que se enroscan en cada fibra muscular como una raíz abrasiva de acero y piel. Como un manto de astuta poesía disfrazada de coraza contra todos los males.
Poesía chorreando jugo eterno de vos.
Lo unico que puede salvarnos/me.
Y en el contiente de todas las cosas que me diste, el titanio de un espacio blanco, como la sal, como la libertad de la deriva sin puerto, que empieza a escribirse, ahora, a través de mis ojos nuevos, sin dejar sangría.

viernes, 25 de enero de 2008

Milagros

Por los pasillos circulan las ruedas apuradas de una camilla de traslado. La sal sigue derramándose al tiempo en que recorre las curvas edilicias con el corazón al punto límite.
El cuerpo de la mujer predomina inherte sobre la superficie de cuero y tela, pero puede percibirse la respiración profunda a pesar de todo. La hinchazón del vientre arropado por una sábana blanca de lino, protege la excusa perfecta para un final feliz. Para el principio de todos los motivos.
Una luz comienza a atravesar los ojos cualquieras, que a su paso fijan irrespetuosos la vista en ella.
Las salas de espera dilatan las ansiedades de incómodas visitas médicas.
En el segundo piso, se abre un ascensor de acero y espejo. Alguien continua empujando la camilla a su destino.
Su camino chorrea luz, no hay frío, y cualquier pensamiento se esfuma al observar la tensión del recorrido. El olor a hospital es intenso hasta el desmayo, pero su motivo no deja correr más sangre que la justa y necesaria.
Y es que sucederá en cuestión de segundos, y entonces, el mundo no volverá a ser el mismo.
Abril derramará ocres y mentas, y el aire inhalará vida.
Las preguntas serán otras. No habrá explicación para tanto sin decir. Nada expresará igual el reflejo de los años.
Ella gritará desgarrándose de esperanza El dolor pasará inadvertido.La mano de ese hombre le dará sostén y solo entonces, y juntos, lo comprenderán todo.
Se escuchará un llanto, y luego risas.
No habrá mas miedos. Habrá nacido una niña. Tendrá los ojos de otoño.
La llamarán ¨Milagros¨.

miércoles, 23 de enero de 2008

Unicos

Por algún extraño motivo, tendemos a guardar bajo llaves aquellas cosas de valor. Por algún extraña desición, solemos cuidar o atesorar aquello que se nos presenta indescriptible a los sentimientos.
Son objetos cuyo valor emocional no pueden compararse a nada existente en la faz de la tierra, ni puden comprarse con un millón.
Y el problema es que los guardamos tanto, y con tanto cuidado, que un día comprendemos que es tan grande el manto de protección y dedicación con la que los hemos conservado, que olvidamos ¨vivirlos¨ y la vida se nos pasó sin disfrutarlos.
Algunas de nuestras incomparables riquezas poseen forma material, otras no la tienen, puesto que son palabras, promesas o instantes que otros ojos nos legaron marcandonos el rumbo.
Lo cierto es que lo no usado, perderá la frescura de su esencia, pero conservará su calificación de especial, único e intocable a través del tiempo. Irrompible, indescifrable, inquebrantable, inolvidable, irrepetible... hasta que la muerte nos separe.
De todas formas siempre ha sido así, aunque lo vivido es lo que cuenta...

martes, 22 de enero de 2008

Omnisciente

En lo alto del edificio, una ventana abierta.
Las luces de la noche brillan como fósforos urbanos, enmarcando un atardecer que se deja vencer, añejo y cálido, para dar lugar a los sueños tal cual son.
Un aire nuevo ingresa por la gran abertura.
Como si fuera el suave perfume de las gardenias, asalta la boca y el alma de preguntas incógnitas.
Lo respira en cuotas de suspiros fragmentados.
Es tal vez, la sensación de que en algún lugar del mundo, los faroles intermitentes brillarán de esa misma forma, destiñiendo un cielo gris ceniza, que se desploma ahora sobre los autos dirigidos a sus propias rumbos, nublando la vista con el fondo de una melodía punzante, embalsamando la mente por un lapso de segundos.
Un sin fin de motivos iluminados, pulverizan el oxígeno instalando ese ambiente propio de los meses de verano.
Un cielo de estrellas se asoma con timidez, una invasión de astros, que tal vez conozcan el fin, o acaso el principio de todo como ha sido, o será para siempre.
Y los mismos vientos nuevos volando a destino, llevando consigo la misma luz, y esfumando las distancias en la boca de otros ojos.

sábado, 19 de enero de 2008

De todas las cosas... (una de bajitos...)


De todas las cosas que tengo
me gusta guardar...
el sol con sus olas
las rayos del mar

las magia del viento
la hojas de un cuento
el vuelo de un sapo
los saltos de un avión

los dientes de azúcar
un beso de leche
tus manos de dulce
las mías de arroz

el más ruidoso de los secretos
el tic- tac de ningún reloj

una estrella menta
la luna de plata
gotas de deseos
la lluvia de versos

tus ojos cuando hablan
el cielo
y adiós...

jueves, 17 de enero de 2008

Bajo cero

Este día cero que me mira, no es ayer, ni mañana.
Es solo eso, una inercia hacia ninguno de los dos segundos capaces de mostrarme a donde ir.
Es la arena y sus agujas. El péndulo, el silencio y todojunto.
Hoy, ahora, o quizás-mañana-talvez-no lo sé
Y es mucho más que eso...
Es algún día, quien sabe o ya no me acuerdo.

martes, 15 de enero de 2008

Instrucciones para olvidar al amor de su vida

Buscarse un amante a quien no amar.Esterilizar los espacios comunes. Tomar dos o tres tabletas de las famosas pastillas para no soñar.Desteñir su foto y sus pixeles. Carecer de todo brillo. Correr incansablemente hacia ningún lugar. Desterrar sus huellas de la memoria. Desmemoriarse. Abolir la poesía de las pequeñas cosas. Cerrar la puerta bajo llave. Olvidar la clave del candado de su alma. Abrir las ventanas de par en par. Dejar salir a los fantasmas. Aspirar altas dosis de amnesia. Desconjugar los ¨hubiesemos¨o ¨hubieramos¨. Desconjugarse. No jugarse. No jugar. Enjuagar las lágrimas y empezar de nuevo. Palear la salitre de la vida. Olvidar. Olvidar. Olvidar hasta el hartazgo. Olvidar. Olvidarlo y olvidarse. Desistir. Resistir. Renunciar. Desintoxicar. Desesperar. Des- esperar. No esperar. No expectar. Erradicar el jugo de los sueños. Convencerse. Convertirse.
Sonreir.
Siempre
Siempre.
Y creer.
Y no creer.
Y que mas da.

jueves, 10 de enero de 2008

Aves

En el marco del cielo insular el águila imponente descuartiza su presa.
La presa yace vacía de sueños al tiempo inerte en que el ave rapaz desovilla sin disimulos sus entrañas despedazadas. Su vuelo de seda. Sus ojos grises de rubí.
Es que entre la tierra y el cielo, se filtra la eterna disyuntiva de paraíso y muerte, y no existe lugar pacífico y correcto, para dos almas surcando bajo el infierno abismal, un espacio común.

domingo, 6 de enero de 2008

En-Amor-Arte


Los autos circulan indelebles.
Las motos acceden al espacio intransitable y las galerías desestructuran la quietud capitalista. Las rebajas se deslizan por el asfalto. El arte se sazona en los rincones y el diseño innato rompe estructuras de imperio y se filtra entre el turista ansioso por vivir.
Una torre de diamante se vuelve emblema y distorsiona las imágenes esculpidas en lienzos. Un manojo de razas de almizcle y chocolate. Un terrón bajo la piel.
Los mármoles cobran forma humana y las alas cortadas no los dejan volar. La cobertura dorada de las águilas significa, tal vez, que así ha sido siempre ante el mundo.
El fin llega filtrado a través de las nubes lúgubres y las identidades definidas.
Una luz flamea pero su debate entre la tierra y el cielo no encuentra consuelo bajo el aura crepuscular de lo inaccesible.
La tendencia es pasar a pesar de los estrenos.
La fortaleza hotelera derrocha cubiertos con baño de plata, con suero de lujo. El metro descubre historias con acento marcado.
El amor está por todas partes. El hielo, la pista, la paz de los puentes que unen ambos trozos.
El tiempo se ha detenido en todos los ojos. Son para otros las monedas falsas y los cristales no civilizados. Aca todo es diferente, el ruido huele a lluvia y el silencio disiente del conflicto aparente y hasta el alma en pena encuentra consuelo en las librerías ambulantes a los costados del río central.
Se respira madurez.
Vueltas de una calesita ilustrada y un monumento descascarado de flashes.
Los fantasmas del pasado todavía observan el movimiento desde las bóvedas. La verdad vuelta fábula, vuelta leyenda sin discusión de raíces. La repetición de lo que muestran los libros. La arquitectura imponente. Mezcla justa entre modernismo y siglo añejo.
Y ellos ya no están para verlo, pero son culpables del renombre sellado en lacre y de la ciudad hoy, y aun la sienten como propia. No logran conciliar el sueño por miedo a encontrar la bandera a media asta. Creen que el movimiento multitudinal depende en gran parte de sus andanzas por la historia.
La delicadeza es parte del estilo y no fluyen intenciones de sacar tajada. Es la desconfianza en las pupilas, la distancia de los cuerpos, pero la amabilidad de los caídos en la guerra de ninguna revolución, aunque mayo se desarme de nostalgia y la libertad continue guiando al pueblo por caminos de desdicha.
Desbordan estalactitas por los telones aterciopelados de una ópera.
Demasiados instrumentos. Demasiadas letras.Demasiado perfume. Demasiados toldos rojos.
Cuantas bicicletas, cuantas flores blancas. Cuantas terrazas con vista al paraíso.
Y el sonido de una vieja bandolina. Algún beso francés en una esquina cualquiera.
Las luces de los árboles parecen luciérnagas y el adoquín se filtra con el verde alfombrado del pasto perfecto.
Y en ocasiones sale el sol.
Brilla.
Y escupe pintura universal hasta el que desentona. Y el río se vuelve oro y plata, y el pasado retorna fugaz.
Magia emblemática.
Lugar de elegidos.
Belleza europea, sin arena ni cabildos.
La vida no se estanca en una misma cosa.
Gira.
Los montes no se expersan alejados. El terreno es dueño de un declive subliminal. La ciudad puede albergar todo eso y mucho más. Putas, partidarios y fascístas. Y a los del don de impresionar con tinta cromática cada recuerdo infernal retratado.
El recorrido merece la pena al caminar.
Y en la cima está el porque de los pinceles aplicados con orgullo.
Todo es posible. El café es hoja de ruta y el alivio de la borra instantáneo hasta las lágrimas.
El pan tiene gusto a nobleza ecléctica. La niñez se educa impecable en la sensual dulzura del idioma. El atardecer vence miserias y derrite una postal de enciclopedia urbana. Cualquier mapa te pierde hasta llegar. Un triunfo justo y merecido conserva el encanto del jazz y los boulevares.
La selva a un paso.
Oleos derrochados.
Demasiadas preguntas y las ganas eternas de volver a ser un número.
Y el misterio ajeno de lo que no encontrará respuesta sin estadísticas de aceptación, y sin importarle siquiera.
Y esos cuentos mágicos de seres inhabitados en la soledad gris de un corazón sagrado...
Y esa sonrisa... que controversia y no caduca, y austera y perspicaz, y orgullosa de que, se eleva acosada, impenetrable, chorreando realeza y burlando su suerte.

jueves, 3 de enero de 2008

Escritos

Entonces, revolviendo la pila de papeles desordenados de la repisa blanca, la encontró.
La nota, su firma, las palabras y sus múltiples significados.
Y ahora, vienen los recuerdos.
La respiración dificultosa y los arrepentimientos.
Alguna lágrima que no sirve.
La austeridad de lo simple.
La resolución de lo falsamente convincente.
Al dÍa siguiente, tomó nuevamente el trozo de celulosa azucarado. Degustó cada letra, las desdobló en imágenes.
Las analizó hasta el hartazgo. Se iluminó con ellas, se deprimió, soño un tal vez, cayó en el abismo del ahora y las auyentó de su vida tan pronto como pudo.
Brillaba con tanta fuerza que no pudo evitar aferrarse a su existencia.
Tomo el papel con sus manos, hizo un bollo ruidoso, y lo arrojó al cesto de basura.

Me leen...