¨Me reflejo en otras pupilas. Me someto a las igualdades subjetivas de las miradas diferentes...¨

Sortilegios cotidianos

martes, 21 de julio de 2009

El hipérbaton de la clase media



La mucama uniformada en blanco y negro camina con el chochecito de tres ruedas. El paseo de Tomás es a las cinco. Sentado en el transporte que le servirá el mundo en bandeja, aspira el aire tibio carente de espacios abiertos y montañas fracasadas. Los arboles altos, los adoquines estancados de la colonización, los autos semipolarizados, de colores sobrios, estacionados, uno junto al otro, las casas de heladeras llenas y luces saturadas.Los colegios exigentes, privatizados y trilingues, que no saben nada de eso. Las confiterias de toldos rayados, las aromáticas casas de Té inglés, la actualidad edilicia deslumbrando su ansiedad visual.El pedacito de cielo filtrándose entre las ramas, traspasando el mounstro de ciudad enajenada de restricciones.
Y así todos los días, una hora hasta las seis, en que sube con Jacinta que lo baña, lo perfuma y le prepara su papilla tricolor. Cerca de las ocho, llegá mamá y entonces sí, lo toma en brazos, le sonríe, lo mira, lo ve igual al retrato imponenete de su abuelo paterno y se acuerda de lo cansada que está, y pide entonces a Jacinta que lo acune, que ya es tarde para él, que mañana será un nuevo día. Abre las bolsas de la exquisita casa de ropa para bebes.La etiqueta acartonada cuelga de la prenda mediante una cinta de terciopleo impresa con el termino "Petit". El enterito celeste de algodón peruano es su talle, esta vez no se equivoco. Necesita ropa de media estación. Tomás esta creciendo rápido, dice, piensa, mientras lo ve alejarse apoyando sus mejillas en el hombro de su nana. La mirada somnolienta en el futuro ya escrito, en el presente que no deja librado nada al azar. Esta tan cansada. Y Ramiro que no llega. Y ya son casi las diez y no la llamó en todo el día.Y como andarán las cosas por la empresa. Y que cansada está. Y que raro que no llega. Le pedirá a Jacinta que le prepare algo, o quizás, que se lo acerque en la bandeja a la cama, para prender la tele y distenderse. Una vez, claro, que Jacinta duerma al bebe y le de la mamadera azucarada de la noche. Y así, termina el día, y al siguiente, todo vuelve a empezar. 
A las ocho a la oficina, a las ocho vuelta a casa. El cansancio, el shooping, el bebe y Ramiro que no llega.
Y el proyecto de familia se desmaya en un cajón, debajo de la hoja de la libreta esa, firmada el día del civil, el día en que se anoto a Tomás como individuo, el día en que todo cobro una legalidad tan importante como sus apellidos, como sus costumbres, como sus ambiciones, como sus vínculos, como sus valores, como su dignidad politicamente correcta, como su ceguera importada de París.
El día en que se olvidaron el sentido en otra parte.

viernes, 3 de julio de 2009

Fantasmas


al fantasma de las manos de poesía...


Yo no escribí estas palabras
yo no derramé la tinta
yo no te acaricié la barba naciente
ni te sostuve la mano sobre mi pecho

yo no te rocé la lengua
yo no te besé la boca
no calmé mi frío con tu cuerpo
y no me enredé entre tus brazos


vos no llegaste tarde, no te esperé en la puerta
no endulzaste la noche de frutillas
 no te sentaste a mi lado, ni comimos caramelos
vos no me hablaste al oído, yo no te escuché...


no nos llegó el final, ni caminamos las horas
no sentíamos hambre, no buscamos un lugar
no hablamos tristes, no me ganó la emoción
no te gustó el regalo, ni nos fuimos abrazados

no resolvimos que hacer o a donde dormir...

yo no me metí en tu cama,
no me tapaste con tu abrazo
yo no me comí tu oreja
ni me subí a tu cuerpo

no succionaste mi piel...


vos no lo hiciste
yo tampoco
no dormimos juntos, tibios
enroscados
enojados...
furiosos
unidos
separados por años luz...


vos no me despertaste temprano
no me preparaste el café
ni pusiste música
no me quitaste la frazada, ni me hechaste de tu casa

no quedó en mis oídos un hombre tocando la armónica sentado en un piano

yo no me congelé en la calle
no se me salió el corazón de la tristeza
no bañe de sal y rimel tu almohada
ni quise ser una mujer al óleo con sombrero...

no hubo dolor, angustia, ni despedida...

yo no te arruiné los días
no te miré a los ojos miel
ni me perdí en tu ausencia

no nos lastimamos
ni nos volvimos a ver...

no matamos la poesía,
ni los sueños de grandeza...

nunca fuimos ¨dos¨

no respiramos la misma magia
no nos hundimos en la obra
ni rozamos nuestras cienes

no, no hubo amor

no leímos la trama
no festejamos el encuentro
o pedimos tres deseos...

no sonreímos

no nos vibró la música los tímpanos
ni nos llegó profundo el arte al alma

no existimos...

vos no fuiste conmigo
yo no fui con vos


nunca estuvimos ahí...
           el tiempo en que vivió el Fantasma...


6/06/09

Me leen...